domingo, 21 de julio de 2013

Detroit

Del sueño a la pesadilla 

Hermann Tertsch 

Detroit no es la única gran ciudad de EE.UU. en la que sólo viven los que no pueden irse. En todas ellas sucedió lo mismo. Pero, como en sus mejores tiempos de opulencia y esplendor, Detroit es pionera también ahora. Porque también es superlativa en el hundimiento. Si las ruinas urbanas e industriales de una guerra son desoladoras, más pueden serlo las de la devastación del tiempo en abandono. Quedan las ruinas en pie, como carcasas muertas mas sin descanso. Fundada por el explorador francés Antoine de la Mothe Cadillac, en el estrecho paso entre dos de los grandes lagos, allí habría de centrarse la explosión industrial de finales del XIX. A principios del XX abrió allí su fábrica Ford. Y los hermanos Dodge, Packard, Walter Chrysler. La ingente demanda del automóvil, símbolo de libertad, individualidad y bienestar, hizo la ciudad inmensamente pujante y rica. Y vividora en su legendaria época de trece años de ley seca. Durante la guerra, sus industrias se convirtieron en el «arsenal de la democracia». El principio del fin fue la crisis del petróleo de 1973, aunque la decadencia ya estaba en marcha. Fue un severo golpe. Otro llegó con gravísimos disturbios raciales. Gran parte de la población blanca abandonó la ciudad hacia zonas suburbiales de Michigan. Las industrias se fueron mudando o cerrando una tras otra. Unos y otros dejaron de pagar impuestos. Y los que se quedaban, una inmensa mayoría negros, no pagaban impuestos, pero sí vivían de la beneficencia. Desde entonces, Detroit ha perdido el 65% de su población. Hay 80.000 edificios vacíos, barrios enteros vacíos en los que a nadie gustaría perderse. Es la segunda ciudad en crimen y muertes violentas de EEUU. La primera, Flint, también está en Michigan. En Detroit fue donde Martin Lutero King pronunció su célebre discurso «He tenido un sueño». Se consumó la quiebra del sueño americano, que no supo reconvertirse y hoy es pesadilla.
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A raiz de la declaración de quiebra de la ciudad de Detroit se han publicado varios artículos sobre la ciudad.
Traigo el de Hermann Tertsch publicado ayer en ABC y me voy a citar enlazando una anotación del año pasado sobre un viaje a dicha ciudad hace 15 años.
Otro día hablaré de su estación de ferrocarril.

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