lunes, 25 de marzo de 2013

Una exposición que no hay que perderse

Luis Gordillo

La Universitat Politècnica de València, a través del Área de Gestión Cultural de su Vicerrectorado de Alumnado y Cultura, presenta la exposición 'Fora de sèrie. Serigrafías de Ibero-Suiza en la colección de la UPV'.

El otro día tuve la oportunidad de visitarla acompañado por el comisario de la exposición, Antonio Alcaraz, quien explicó la exposición, y alguno de sus secretos de una manera amena y fácil de comprender, cosa que resalto porque hay veces que los artistas se pasan dos pueblos al hablar. 


Manolo Valdés y Equipo Crónica


La serigrafía es un sistema de impresión milenario. Aunque no hay datos exactos sobre el origen de esta técnica, se cree que se remonta a la antigua China: según una leyenda, los artistas utilizaban cabellos de mujer a los que pegaban papeles, con los que formaban dibujos que luego lacaban para hacerlos impermeables.

Fue en Inglaterra, a principios de 1920, donde se creó el primer taller europeo que utilizó esta técnica en su aplicación gráfica comercial. Pero es en Estados Unidos donde alcanzó fama y prestigio. En los años 60, los pintores del pop art y optical art norteamericanos pensaron gran parte de sus obras para realizarlas mediante la serigrafía, convirtiéndola en una nueva forma de expresión.


Último cartel de Josep Renau

En España, la empresa Ibero-Suiza acogió desde mediados de los años 60 hasta los 90 a los principales artistas españoles. El serígrafo José Llopis hizo de esta firma una referencia indiscutible en cuanto a estampación artística. Desde creadores vinculados al pop art, el optical art o el arte geométrico hasta Zóbel o Tàpies, pasando por artistas con un claro compromiso político como Renau, Genovés, el Equipo Crónica o el Equipo Realidad, todos encontraron en la serigrafía de Ibero-Suiza una técnica ideal para sus proyectos: les gustó su carácter industrial, sus procedimientos, los efectos y los matices que se obtenían, y la afinidad de todo ello con los los recursos de los medios de comunicación.

Eusebio Sempere

Comisariada por Antonio Alcaraz, la muestra recoge una selección de 71 serigrafías del Fons D'Art UPV, adquiridas o donadas por la familia de José Llopis, fundador y principal impulsor del histórico taller Ibero-Suiza (1963-1998), una referencia indiscutible en cuanto a estampación artística. No en vano, su elevado nivel de perfección y profesionalidad en la estampación de obra gráfica original llevó a sus talleres a acoger desde mediados de los 60 hasta los 90 a los principales artistas españoles del momento.

Antonio Saura

Así, desde el acercamiento inicial de creadores vinculados al Pop-Art, el Op-Art o el Arte Geométrico, hasta Zóbel o Tàpies, pasando por artistas de claro compromiso político como Renau, Genovés, Equipo Crónica o Equipo Realidad, todos encontraron en la serigrafía de Ibero-Suiza una técnica ideal, por su carácter industrial, su afinidad con los procedimientos, los efectos y matices obtenidos y los recursos de los medios de comunicación.


Fernando Zóbel
Tiene el gran valor de ser una prueba comentada por el propio autor con indicaciones

La muestra ofrece al visitante la posibilidad de disfrutar de creaciones de autores como Sempere, Saura, Carmen Calvo, Teixidor, Gordillo, Guerrero, Tàpies, Mompó, Campano, Torner, Rueda y un largo etcétera de artistas de primer nivel. Además, el espectador puede observar directamente el material impreso conservado durante décadas por la familia de José Llopis: estampas dedicadas; carteles; pruebas de taller, color o registro; obras incompletas con anotaciones; positivos para insolar pantallas y demás joyas de interés para especialistas e investigadores.


El título de esta exposición es "un juego de palabras que hace referencia a la obra gráfica que queda fuera de las ediciones, como las pruebas de color, y que el artista deja al serígrafo como reconocimiento a su labor. Por otro lado, hace referencia a que aquella fue una generación importante de artistas realmente fuera de serie", según explica Alcaraz.


Adami

Es una pena porque la exposición está muy bien y mucha gente interesada en verla no se enterará de su existencia o no irá por la ubicación.

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