martes, 27 de diciembre de 2011

Llegar a un libro a través de una cena

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Hace unos días fui a una cena muy especial. 
La cena de Navidad del Club de Lectura de El Corte InglésNo es que la pague la empresa, no, es que la organizó la persona que lleva el club. El club y más cosas.
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Concha, que así se llama, eligió el restaurante Torre de Utiel (hay quedarse con este nombre) que está en el centro de Ruzafa. Y allí aparecimos ella y los nueve convocados. 
No conocía a nadie mas que a Concha, y yo bajaba enormemente la edad media. Con eso está dicho todo.
Hablamos un poco de nosotros mismos para conocernos, de la mala situación del país y de libros, por supuesto.
Más que de libros hablamos de las presentaciones de libros y del club de lectura.
Nos enteramos que en la próxima temporada vendrán Pilar Urbano, Santiago Posteguillo y otros más que están sin confirmar.
Comenté que a mí me gusta tanto ir a la presentación de un libro que no he leído como de uno que sí he leído.
En el primer caso puedes descubrir un autor, un libro; en el segundo caso puedes  ver aspectos del libro que se te habían escapado y conocer al autor del mismo, al que puedes preguntar.
Hubo opiniones para todos los gustos aunque mayoritariamente optaron por la segunda.
La cena-tertulia se alargó bastante, demasiado para los que teníamos que madrugar, y acabamos quedando para felicitarnos la Navidad en la charla sobre el libro de Màxim Huerta a la siguiente semana.
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Yo ya advertí que no me iba a leer el libro, no lo tenía y acababa de empezar "El temor de un hombre sabio".
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Aparecí en la charla sobre el libro de Màxim Huerta "El susurro de las caracolas" con algo de antelación.
Me sorprendió ver la cola de personas que había para que el autor les dedicara el libro.
Todas eran chicas jóvenes y comenté con Concha mi sorpresa pues "no deberían" conocerlo pues su programa coincide con las clases de dicho público joven. me dijo que era una convocatoria vía twitter para sus seguidores y que ella también se había sorprendido.
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La fotografía de arriba tiene mala sombra, está hecha a propósito para comprobar si Màxim Huerta es de Utiel como dice. Si fuera de allí no tendría valencianizado el nombre y su cabezón (gentilicio de los de Utiel) sobresaldría  por los lados de la persona que le tapa. Ja, ja, ja.
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Bromas aparte, me gustó mucho la presentación, el autor tiene tablas -para eso trabaja en televisión- y se ganó rápidamente al público femenino, joven y no tan joven.
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El caso es que me han dejado el libro y puede que me lo lea. Ya veremos.
Con lo que volvemos a lo de las presentaciones antes o después.
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El título de esta anotación podría haber sido De Utiel a Utiel y tiro porque me toca, por el nombre del restaurante de la cena y el pueblo de donde es el autor.
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4 comentarios:

S. Cid dijo...

No pillo lo de la foto y el nombre, pero en fin...

¿Esta es la presentación donde tanto babeamos las jóvenes?

Por cierto, mucho estás tú frecuentando estos saraos, ¿no? Un poco de envidia sí me das ;-)

caraguevo dijo...

S. Cid: El título de la anotación se refiere a que en la cena del club de lectura quedamos para vernos el día de la presentación del libro. Gracias a eso escuché al autor y ya no me niego a leerlo.

Lo de la fotografía es porque a los de Utiel se les conoce como cabezones y quería probar si poniendo algo/alguien delante de Màxim su cabeza sobresalía por los lados o no.
Lo del nombre es porque aquella es zona castellanohablante y él ha valencianizado el suyo.

Ja, ja, ja ¿Te llegó la convocatoria de Twitter? Las jóvenes y no tan jóvenes, todas salieron encantadas.

Sí, ha habido unos cuantos eventos culturales este mes, debe ser por las Navidades.
Éste coincidió con la presentación de un libro de Ramón Palomar, un escritor y periodista de aquí, al que no pude ir.
Y aún me queda una presentación por publicar. la faena se amontona.
Esa envidia es sana.
Un saludo

S. Cid dijo...

Sí, lo del título de la anotación lo había entendido. Lo que no había comprendido era lo de la foto, con ese tipo de espaldas tapando al autor. Ahora ya lo pillé.

caraguevo dijo...

Reconozco que era una gracieta que sólo podían entender los vinagres de Requena y los propios cabezones de Utiel.

¿Has comenzado el libro de Maxim? Un pajarito me ha dicho que lo tienes.