miércoles, 14 de septiembre de 2011

Libro: La agonía de Francia

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La agonía de Francia
Manuel Chaves Nogales
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Introducción de Xavier Pericay
Edita Libros del Asteroide
4ª edición, 2010
187 páginas
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En noviembre de 1936, Manuel Chaves Nogales, descorazonado por el rumbo que está tomando la guerra civil, decide abandonar España e instalarse con su familia en París. Allí colaborará con la prensa francesa y latinoamericana e incluso pondrá en marcha una publicación semiartesanal sobre la actualidad española dirigida a los exiliados republicanos. Sabiéndose fichado por la Gestapo, en 1940, pocos días antes de que los nazis entren en París, Chaves abandona la ciudad para dirigirse a Burdeos y desde allí a Londres, donde permanecerá hasta su muerte. En La agonía de Francia Chaves Nogales se sirve de sus conocimientos y de los múltiples testimonios a los que tuvo acceso en París para tratar de explicar las razones que llevaron a Francia a sucumbir ante el fascismo y firmar un armisticio con Alemania en junio de 1940. Su amplia experiencia en temas internacionales y su extraordinaria capacidad para interpretar los acontecimientos de la actualidad le ayudaron a trazar un lúcido relato sobre cómo el país que había sido durante siglo y medio el faro de la democracia en el mundo se puso en manos del nazismo. Publicado en Montevideo en 1941 y no recuperado hasta casi setenta años después, La agonía de Francia es un libro llamado a figurar entre los ensayos clásicos sobre la segunda guerra mundial.
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Finalista del Premio Libro del Año 2010 otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid.
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Libro interesantísimo sobre la situación de Francia en la época previa al comienzo de las hostilidades con Alemania en la 2ª Guerra Mundial.
El autor no se casa con nadie y pone a cada uno en su lugar.
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Fuera del texto del libro hay una frase de Pío Baroja que parece escrita para esta época:
"A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre."
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11 comentarios:

posodo dijo...

Entre esas razones, ¿explica el efecto importante de la colaboración del Partido Comunista francés con los nazis, siguiendo las órdenes de Moscú, o sea, Padrecito Stalin?
Colaboración que prosiguió, entre otras modalidades, denunciando judíos, hasta que claro, en junio de 1941, con la Operación Barbarroja, la cosa cambió bruscamente.

caraguevo dijo...

Sí, de cómo la obediencia a Stalin, aliado de Hitler, se antepuso a la defensa de Francia.
A todos, a todos les da.
Una joyita de libro, que fue publicado años después de la guerra en Uruguay como si fuera una traducción del inglés y, que como dice Xavier Pericay, debería ser bibliografía obligada para estudiar aquella época.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Yo leí el siglo pasado su primer libro "La ciudad". En el está todo como comenta en su nota el editor David González Romero: "El pretil de azotea y el incomparable crepúsculo, el tipo sevillano y la reivindicación de la mujer, las gentes de barrio y las santas Justa y Rufina, la Sierpes y la Macarena, los patios y los cafés, la Semana Santa y el Gran Poder, los gitanos y el cante, el extrarradio y las tensiones sociales, las peinetas y el romanticismo, el turista y la tragedia de Andalucía y el andalucismo..."

Y todo escrito con 23 añitos.

Alawen dijo...

Pues nada, habrá que hacerse con él y leerlo, ya que viene tan recomendado...

caraguevo dijo...

Alawen: cuidado que Bate habla de otro libro distinto, aunque del mismo autor. Ese, "La ciudad", ya me lo apunto yo también.

Alawen dijo...

Caraguevo, veo que he perdido tu confianza en mi capacidad de atención después de lo de Bob Esponja... :P
Ya, ya, me apuntaré los DOS libros... Que el invierno se prevé crudo y largo...

caraguevo dijo...

Alawen:Ja, ja, ja. Puse el apunte porque te referiste a un libro y no quise que quedara esa indefinición.
Un saludo

S. Cid dijo...

No, no se trata de Bob Esponja. El problema de Careguevo, querida Alawen, es que está acostumbrado a unas nenas en este blog que se meten en la lavadora para higienizarse después de haber leído el periódico desnudas, sentadas en un banco de la lavandería. Con tales ejemplos, hay que disculparle que el pobre a veces se confunda.

caraguevo dijo...

Oiga S. Cid, vaya imagen va dando usted de mí.
Que en este blog a veces se cuela un libro, o una canción, o una película, incluso alguna española.
Este fin de semana, si puedo, hablaré de deporte, de fútbol (del Madrid, claro) y de snooker.
Si aquí hay de todo, esto parece El Corte Inglés, y si no queda satisfecho le devolvemos el dinero.

S. Cid dijo...

Ah..., ¿pero ahora vamos a tratarnos de usted?

No puede ser, no puede ser. ¡Oiga, que tiene usted mi bono-sonrisa semanal y eso sólo se da a los amigos! Si me ustetea, se lo retiro.

PD: del Madrid no hable, por Dios. No abra usted otro frente que me tiene agotada.

caraguevo dijo...

Ja, ja, ja. Por una vez seré obediente, más tiempo para leer.