miércoles, 1 de junio de 2011

Me gusta jugar


.
No sé qué me pasa, pero no me concentro.
.
.
Nada, no hay manera.
.
Y eso que en un pasado viaje a Madrid me senté en la silla que lleva el nombre de Anatoli Karpov. Está en La posada de la villa, uno de los innumerables restaurantes de la Cava Baja, y uno de los más antiguos pues lleva abierto al público desde el siglo XVII.

.
No se me debió pegar nada del Maestro.
.