El otro día estaba intentando poner orden en los papeles de los viajes que he tenido la suerte de ir haciendo durante estos años- y ya aclaró que no conseguí, lo de poner orden- me encontré con papeles de hace 14 años, de un viaje cuyos principales destinos fueron Los Ángeles y San Francisco. .
Una parada intermedia fue Carmel, ciudad de la que fue alcalde Clint Eastwood, y allí hicimos noche en un hotel de la cadena Best Western.
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De todo eso me acordaba pero no del detalle del que me di cuenta al ver con más detenimiento la factura.
La dirección que figura en la factura corresponde a la residencia en aquellas fechas de mi hermana en Los Ángeles, San Vicente Boulervard, pero la recepcionista del hotel debía ser anticlerical porque convirtió a San Vicente en Don Vicente.
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Hace unos años estuve trabajando en una empresa de la que era propietario un tal Vicente, a quien un grupo de incontrolados llamábamos ¿cariñosamente? Elvis, "El Visente".
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¿Será que la recepcionista del hotel de Carmel sabía algo más de lo que parecía?. Todos sabemos que Elvis sigue vivo, pero ¿transitará por estos mundos bajo el simple nombre de Don Vicente como ahora el santo valenciano?
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¿Fue a buscarlo Paco Lobatón y se quedó con él?
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3 comentarios:
No me importaría estar ahora en algún balconcito de algún edificio de reminiscencias coloniales, allá en Carmel, tomándome un vino californiano y disfrutando del paisaje. Si además, le sumamos tener entre las manos algún libro ansiado, entonces ¿qué carajo hago aquí pasando calor?.
Un saludo
PD: Muy bueno lo de Elvis
Carmel, San Luis obispo, Santa Bárbara, ciudades que han sabido conservar las misiones españolas como algo muy suyo, con orgullo, el que nos falta aquí.
En cuanto a los vinos californianos, hay de todo se lo tienen bastante creído, pero hay algunos que se dejan beber.
Y demostrando que son inteligentes tiene vinos chilenos, muy desconocidos pero de bastante nivel en general.
Un saludo.
Yo probé los vinos americanos, y tienen algunos bastante dignos, aunque tampoco para andar sacando pecho por el mundo adelante. Prefiero, con mucho, los argentinos y chilenos, por no hablar de los mejores; españoles y franceses. También tomé algunos muy interesantes de Portugal, Sudáfrica, Australia, e incluso uno de Marruecos.
Entre los peores que pasaron por mi paladar; los de Cebreros y uno, blanco, de la Baja California.
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