viernes, 28 de mayo de 2010

Un famoso cartel

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Hace unas semanas los periódicos publicaban la noticia de que se había creado un grupo cívico en Los Ángeles para impedir la demolición del cartel que ondea en el monte Lee desde 1923.
La noticia decía que se pretendía hacer una urbanización allí y el cartelito molestaba. Creo que al final fue el fundador de PLAYBOY, Hugh Heffner el que puso el dinero necesario.
Hasta aquí todo muy bonito y con final feliz.
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Lo que ningún periódico contaba es la historia del cartel que todos conocemos pero que no es el original.
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El original es el que aparece arriba y que he extraído del libro Los Angeles, Then and Now, y que comenté brevemente hace tiempo.
En el libro, con unas fotografías excepcionales como todos los de la colección, nos cuenta Rosemary Lord que costó 21.000 $, cada letra tiene 55 pies de altura y que estaba hecho de chapa blanca y tenían 4.000 bombillas de 20 Watios.
Como era habitual el cambio de las bombillas hacía falta una persona que cuidara del cartel, y vivía en una pequeña casa detrás del punto blanco que aparece en la ladera del monte, abajo del cartel.
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Y la pregunta que viene ahora es ¿para qué se puso el cartel?
Pues sí, para anunciar una urbanización de la zona.
La historia se repite.
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En 1939 el mantenimiento de las bombillas cesó y los promotores donaron el rótulo a la ciudad, que lo restauró y le retiró las cuatro últimas letras, quedando el rótulo como un símbolo de la ciudad.
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Pero todo esto no lo contaban los periódicos.
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3 comentarios:

posodo dijo...

Sobre lo último, se demuestra una vez más que, en general y últimamente, para escribir en los periódicos sólo hace falta juntar letras (y en muchos casos, mal) y dominar el recorta y pega.
No ya documentarse, incluso saber de qué se está escribiendo, se ve que lo consideran una pérdida de tiempo.

caraguevo dijo...

Totalmente de acuerdo. No sólo no se documentan, es que no ejecitan la memoria, y eso que tenemos una flamante ley de memoria histórica.
Pero eso es otra historia, o histeria, no me acuerdo. ¡Vaya memoria la mía!

caraguevo dijo...

Y la pena, que s eme olvidaba, es que es una historia, la del cartel, que está muy bien, así a grandes rasgos.
Cuando comenté brevemente el libro quise hacer alguna anotación más sobre las abundantes y conocidad fotografías pero se me pasó.
Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
A ver si un día de estos me pongo a ello.