domingo, 26 de octubre de 2008

Lepanto en el Museo del Prado



En el viaje a Madrid de este pasado verano vi en el Museo del Prado, omito el nuevo apellido de nacional, una exposición que me dejó asombrado y no por la calidad de la misma.
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Me refiero a Lepanto, de Cy Twombly, 12 obras de gran formato dedicadas a la célebre batalla naval que enfrentó el 7 de octubre de 1571 a los turcos otomanos con la llamada "Liga Santa" coalición cristiana formada por España, Venecia y la Santa Sede.
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Me sorprendió, digo, por introducir arte contemporáneo de esa forma en un museo que no puede ni mostrar las obras del siglo XIX por falta de espacio. Ni a Sorolla tiene expuesto.
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Me pareció una falta de respeto.
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Y hoy, felizmente me encuentro con otra persona, con más argumentos y más cualificada que dice algo parecido, Cristobal Toral en EL MUNDO, en un artículo en el que critica a Damien Hirst, un ¿artista? británico.
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Transcribo la parte final del artículo donde se hace referencia a la exposición de El Prado.
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"Pero a propósito de Hirst conviene recordar que no es el único caso de marketing bien organizado. En este sentido, me sorprende que con todo lo que se está escribiendo sobre este asunto no se haya aludido al marketing descarado de otros artistas como el americano Jeff Koons o el japonés Takashi Murakami.
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Sin ir más lejos podríamos poner un ejemplo más cercano y reciente: el norteamericano Cy Twombly. Tampoco él se ha quedado manco en marketing consiguiendo exponer su Lepanto nada menos que en el Museo del Prado. Algunos entendidos en arte, comentando esta exposición en privado, han cambiado el título de Lepanto por Espanto... En cualquier caso, tengo que decir que a mí me compensó visitar esta exposición por ver en la misma sala de los Twombly El bufón Juan de Austria de Velázquez, que representa en el fondo la batalla de Lepanto en un pequeño recuadro de unos 20 centímetros por 10. Me mereció la pena haber tenido la oportunidad de comprobar que unos centímetros cuadrados de buena pintura valen más que varios cientos de metros cuadrados de mala pintura.
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¿Cómo ha conseguido Twombly exponer en el Museo del Prado? ¿Qué gestiones se han efectuado y a qué niveles? Por de pronto se sabe que el Patronato del Museo no ha sido consultado para este proyecto expositivo, a pesar de que entre los patronos hay artistas de reconocido prestigio. ¿Sabremos algún día qué intereses se mueven detrás de artistas desmesuradamente cotizados o de exposiciones sobrevaloradas? Confiemos en la frase que escribió Quinto Horacio 50 años antes de Jesucristo: «El tiempo saca a la luz todo lo que está oculto».
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El artículo completo se puede encontrar en
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1 comentario:

posodo dijo...

En qué ha quedado la mayor ocasión que vieron los tiempos.
Y siguiendo con los clásicos, en su Apologética, es de la misma opinión Tertuliano y dice"Tempus omnia revelat".